Del Mero San Luisito y las revistas barriales en Monterrey – Arnoldo Diaz

Existe una tradición poco conocida de revistas barriales en Monterrey y su área metropolitana. Podemos dividir esa historia en tres épocas y una continuidad. La primera época sería la de los periódicos y folletos que se utilizaban dentro de las colonias formadas en terrenos “tomados”, principalmente las organizadas en el Frente Popular Tierra y Libertad. Estas publicaciones cumplían con la función de “periódico” aproximadamente entre 1973 y 1982, aunque su uso seguramente data de épocas previas y continúa a menor escala. La 98.5 FM Radio Tierra y Libertad mantiene en formato radiofónico esta tradición.

La segunda época es cuando nacen propiamente las revistas barriales: de 1986 a 1997. Las revistas que mejor conocemos de esta época son Al tiro, Mucho Pedro y Date Tinta. Al tiro surge en la colonia Valle Verde tras la muerte de Jesús Heriberto Olvera Banda a manos de la policía. La revista fue un punto de encuentro entre la comunidad chola y la rockera, manteniendo fuerte comunicación con agrupaciones de la capital del país y con las pandillas de la ciudad (Muela, 2021). Su principal punto de unión y crítica a la autoridad era el abuso de los llamados Operativos Antipandillas, con ello mantenían una postura política en sus publicaciones.

Del lado del otro San Pedro nace en 1992 Mucho Pedro, revista creada con el apoyo del DIF de dicho municipio, al mando de Cecilia Pérez Madero de Sada. En San Nicolás surge Date Tinta con el apoyo de la Secretaría de Desarrollo Social de ese municipio, el esfuerzo duró de 1994 a 1997. En ambos medios se fue priorizando la difusión de las identidades de los jóvenes y su estética (Muela, 2021), durante este periodo la represión fue disminuyendo. La diversidad de movimientos y publicaciones fue creciendo en la ciudad, al menos hasta el recrudecimiento de la violencia en el estado durante el periodo 2010-2012.

Cuando pensábamos que finalmente estábamos en paz, comenzaron a resurgir los movimientos sociales en la ciudad y con ello llegaron los esfuerzos de rescatar lo poco que quedaba de nuestras comunidades. Pronto nos dimos cuenta que algunos de los proyectos impulsados por autoridades y empresarios buscaban la financierización de nuestro espacio. Es decir, han vendido la imagen de barrios violentos o abandonados y juran querer rescatarlos; mientras tanto, compran terrenos y deterioran la calidad de vida de sus habitantes. Ejemplo de ello es el Distrito Tec, donde las vecinas denuncian que al vivir al lado de los grandes edificios departamentales han tenido dificultades con el servicio de agua desde 2015 (Diaz, 2021).

Precisamente durante los primeros años de Distrito Tec, en 2014 para ser precisos, aparece la tercera época de los medios barriales. Se trata de la revista Nuestra Voz, en la colonia Sierra Ventana, con la participación de compañeros anarquistas del Frente Auténtico del Trabajo (FAT), que se habían formado en los procesos de la resistencia estudiantil y laboral del 2006 y el 2011. Los compas del FAT y su trabajo editorial tienen su propia gran historia con un enfoque más político que supera los límites de este trabajo. Pero su proyecto Nuestra Voz trajo aires renovadores para los círculos de la oposición ciudadana y el anticapitalismo, que estaban ciclados en sí mismos desde hace ya 20 años.

Siguiendo el ejemplo de los compas de Sierra Ventana, la revista Av. Aztlán vino a posicionar la importancia, pertinencia y posibilidad de alcance de las revistas barriales en la ciudad. Desde 2017, la revista de los barrios del Topo Chico ha logrado tener mayor alcance que cualquier otro medio local independiente, sin recibir ningún tipo de apoyo que no sea la solidaridad de la gente que la lee, y sin hacer ninguna clase de publicidad más que aquella que sea un apoyo desinteresado. Con esta revista se demostró la posibilidad de desarrollar proyectos comunitarios sin subvenciones de empresarios ni gobiernos. La publicación tiene un carácter político, pues ha servido como espacio de encuentro para ideas feministas, zapatistas y anarquistas que conviven en sus páginas con los asuntos de la vida cotidiana.

Al mismo tiempo que estas revistas se encontraban en pleno desarrollo, se lanzaron las amenazas para la colonia Independencia, pues se dio a conocer el plan de la Interconexión. Por esta razón, desde 2016 se empezaron a organizar juntas entre vecinas para decidir cómo actuar. Después de una serie de desafortunados eventos de represión de baja intensidad, la Junta de Vecinos en Resistencia decidió no recibir apoyo de gobiernos, empresarios, ni iglesias, por lo que se vieron en la necesidad de crear un medio de difusión propio para desarrollar el combate ideológico contra los megaproyectos que poco a poco se fueron destapando.

Es así como surge Del Mero San Luisito. Desde 2018 y hasta la fecha, este medio se ha convertido en la fuente de información más importante acerca de la colonia Independencia, tanto por las constantes actualizaciones sobre los procesos legales y de resistencia, como por el rescate del pasado y el registro del presente. Al encontrarse la Loma Larga en constante amenaza, el registro de la experiencia humana y de la biodiversidad es fundamental para la lucha en desarrollo.

La versión impresa de la publicación se distribuye de manera gratuita entre los habitantes de la colonia. Fuera de la misma, la revista ha servido para recaudar fondos entre la comunidad solidaria del resto de la ciudad. Se han publicado ahí los comunicados de la Junta, fotografías históricas de aquellos espacios que se consideran patrimonio y de otros que no existen más. En este último caso se encuentra la plaza Díaz Mirón, la que alguna vez fue la única plaza pública de la colonia, que finalmente fue privatizada por la Iglesia (Del Mero San Luisito, 2019; n 4, pp. 1 y 4).

También podemos encontrar narraciones con recuerdos de la comunidad, de su paso por las históricas escuelas, homenajes a los seres queridos que partieron, las fiestas y bailes que marcaron generaciones enteras, y reflexiones de inconformidad ante las amenazas que se viven día a día. Todo eso constituye el grueso de los registros sobre los que puede ser construida una nueva historia de la ciudad.

Así como Av. Aztlán y Nuestra Voz, la existencia y el funcionamiento de Del Mero San Luisito es vital en una ciudad donde la memoria la dictan las empresas y las universidades obedecen, donde las pocas alternativas culturales suelen terminar dependiendo del gobierno, de intereses financieros, o que simplemente se quedan en la fiesta. En los proyectos autogestivos y barriales se cruzan e incluso chocan entre sí las diversas historias, evidenciando la complejidad y diversidad de los barrios de nuestra ciudad. Complejidad que no puede ser borrada con unos cuantos megaproyectos, y que constituye la base de nuestras historias.

Del Mero San Luisito, sin embargo, es único frente al resto de las revistas, pues su existencia nace de una necesidad urgente: la lucha en defensa de la vida en la Loma Larga, convirtiendo al medio en el arma de las y los vecinos para ganar la opinión pública, pues como afirma Taufic:

[…] cuando la sociedad está dividida en clases, se escinde asimismo la opinión pública; es una en las clases dominantes y otra en las clases subyugadas. No existe la opinión pública compacta, como una manifestación etérea de la “conciencia cívica” de todos los ciudadanos, como pretenden los autores burgueses (1977, p. 139).

Aunque esa opinión pública compacta no exista, sin duda en nuestra sociedad –en particular en Monterrey– los medios de comunicación han pretendido construirla en todos los medios de comunicación, desde el periódico hasta los libros de historia. He ahí la importancia de estas revistas, pues superan los límites de la propaganda y rompen con el cerco informativo de gobierno-empresas generando memoria y discurso crítico.

El discurso crítico del que hablamos consiste en relatar una historia que no reduzca a las vecinas y vecinos de la colonia Independencia a simples víctimas, sino a verdaderos partícipes de su historia.


*Este es un fragmento del texto «Orígenes y estigmas de la colonia Independencia» pendiente a publicar en una obra colectiva coordinada por Lylia Palacios y fue base para la presentación titulada «Las revistas barriales en Monterrey» ofrecida el 9 de octubre del 2022 en la Feria del Fanzine

Bibliografía

Del Mero San Luisito (2019) [Plaza Díaz-Mirón] [Imagen]

Diaz, A (5 de julio del 2021) ¿Por qué se rechaza a los Distritos Urbanos?: Comentarios y experiencias tras el cierre de la “Consulta Pública”. Del Mero San Luisito.

Muela, C. (2021) Revistas Barriales de los noventa: rebasando colonias y fronteras. Memoria de Cumbia.

Taufic, C. (1977) Periodismo y lucha de clases. Ediciones Akal.

Para leer más:

Diaz, A. (2018) Crisis, clase y medios comunitarios. Antihistoria.

Diaz, A. (2021) Libertad, Autogestión y Barrio: Reflexiones sobre Av. Aztlán y su papel en los barrios del Topo Chico. Antihistoria.

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