Sin víctimas no hay paraíso – Julia Rodríguez [Poesía]

Basta de esperanza, basta de literatos, basta de poetas felices.

Basta de poetas que esconden fascismos felices.

Basta de condecoraciones, basta de ciudadanas ilustres dando cátedra de cómo coger.

Basta de hacer de la concha un dogma pacato, seco, incuestionable.

Basta de víctimas.

Basta de víctimas dando cátedra de cómo castigar.

Basta de monumentos al suplicio envueltos en pañuelos verdes.

El mechón violeta nunca ocultará tu fascinación por la tortura. El mechón violeta nunca ocultará tu imposibilidad de visualizar matices.

Basta de rima.

Basta de “te lo digo con respeto”.

Basta de tibiezas que apolillan.

Basta de sueros perpetuadores. Los nazis también repartían frazadas.

Basta de risa.

Basta de celebración. El festejo de las migajas lejos de cambiar algo, sólo te convierte en un miserable. Con pan.

Basta de recetas, diagnósticos, calificaciones.

Yo prefiero el vómito, el retorcijón, el olor a piel quemada, la inconsciencia que anticipa el desmayo,

La alucinación permanente.

El descalabro de los sonidos que se precipitan sobre los pentagramas.

No soy un canguro. Saltar no es moverse.

Saltar es construir puntos fijos.

Yo prefiero la fuga.

La intersección que se excita frente al recorte.

Lo que chorrea en los baños públicos de las estaciones de servicio.

El diluvio

y el desborde insoportable de descubrirme viva.

Recuperado de : LTF. Abolicionismo de la Cultura Represiva

Fotografía original: Mauricio Toro Goya

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